martes

Sin titulo (se aceptan sugerencias)

El mismo bosque tan conocido, el que esta a un lado del Cementerio de Ángeles y que lo divide de la ciudad humana, tan familiar, tan oscuro y por esta vez tan intimidante, la penumbra baila un baile extraño a la luz de los relámpagos menguantes, mientras que otras sombras toman una forma conocida y odiada.

-         Por eso vine, preciosa, Vine a probar sangre de una Elder.

Agrego el vampiro rubio de la mirada peligrosa, usando su velocidad sobrenatural para acercarse a la vampiresa de largos cabellos negros.
Velocidad tan inhumana por mucho superior a la de un vampiro normal, el tajo de su garra corta el aire, voltea con rapidez solo viendo el fantasma de una sonrisa que se burla de ella, se garra se agita, se mueve tratando de encontrar algo sólido…
Pero el espectro es veloz, se ríe con una media luna en cara y en mano y alcanza a rasgarle el pecho con la daga de jade, alejándose lo suficiente para poder lamer la hoja mientras sonríe.

-         Sabes Eztli hay otra manera de dañarte...una que te dolerá aún más. - Comentó, acercándose a Gaylen y tomándolo por el cuello.


-         ¿No extrañas nuestra noche Gaylen? Yo he pensado mucho en ti - Dijo, para acercar sus labios y depositar un beso en los del vampiro, antes de morderle el cuello, mientras Gaylen soltaba un grito, aterrado y el viento seguía volviéndose torbellinos alrededor, alejando a Eztli mientras el vampiro rubio se bebía hasta la última gota de sangre del vampiro que él mismo había creado…

-         Aww... ¿extrañaremos al pequeño vástago, cierto? –


Gaylen estaba tan débil que apenas podía permanecer conciente, miraba a Lucas con una tristeza profunda en sus ojos, no podía creer que después de tantos años pensando en él, al volver le dejase una peor memoria de la que ya tenía.
Aprovecho que el vampiro se distrajo y lo soltó por la flecha del ángel para , mientras caía al suelo, clavar su mirada en su Sire.

-         Vete de aquí Eztli... - Le dijo con una voz apenas audible, sonriendo o intentando sonreír.

-         Tienes alguien que te espera....mi misión fracaso, nunca volveré a ser humano, pero tú puedes ser feliz... Vete - Dijo a la mente de su Sire, dejando escapar algunas lágrimas, sintiendo la pesada mirada de Lucas sobre él, temiendo que el vínculo mental entre él y Eztli lo tuviera también Lucas... Después de todo, la sangre de Lucas, la de Eztli y la de él se habían mezclado en sus pactos de sangre.


Lucas sonrío al escuchar los pensamientos de Gaylen, a pesar del dolor de la flecha que le había lanzado el maldito ángel...ya pagaría más tarde...o mejor no. Uso una ráfaga de viento para rasgar la espalda del joven y apartarlo de Juval.

-         Si vas a quemarla, es toda tuya. - Agregó, acercándose a Gaylen de nuevo para tomarlo entre sus brazos, sonriéndole con burla.

-         ¿No es irónico Gaylen? Está será la segunda vez que mueres, en manos del mismo hombre. - Agregó, volviendo su mirada burlona a Eztli y usando el vínculo mental entre ellos, pues finalmente, ahora por sus venas corría la sangre del vástago de ambos.

-         Despídete - Le dijo y clavó sus colmillos en el cuello de Gaylen.


Terminando con lo que había empezado....bebiendo hasta la última gota de sangre del pobre vástago que cerro los ojos y pereció nuevamente, volviéndose su cuerpo cenizas cuando Lucas despegó sus mortíferos labios.

Si bien para un Vampiro no es necesario respirar, la agitación acompañada de un sudor sanguinolento habían sido los acompañantes de Eztli durante las últimos días.
La pesadilla se había vuelto algo recurrente, revivir los últimos momentos de su vástago se había convertido en su tormento, estando tanto despierta como dormida.
Sintió su corazón latir, desbocado, mientras sus ojos color rubí escudriñaban la oscuridad de aquel lugar. Vio a Lance rendido y abrazando a la cazadora Sleigh ambos en el sueño de los justos.
Se sentó en la cama tratando de encontrar su ropa, pero su mano se encontró con una ligera protuberancia en su piel, este era el recuerdo que le había dejado Lucas, la cicatriz en medio de sus pechos era algo notoria, un poco disminuida por los hechizos de curación de Lance, no hacia que esta dejara de pesar mas en el orgullo que en lo estético.
Se puso su ropa y se dispuso a salir, de camino a las escaleras alboroto los cabellos del hombre gato hechicero al cual ahora le debía la vida.

-         Gracias Lance… - Murmuro en voz bajísima, procurando no turbar el sueño del par de amantes.

El fulgor anaranjado en el horizonte, pintaba de llamas las baldosas, las fachadas y los cristales de toda esa cuadra, a través del cristal, la vampira solo podía esperar los últimos minutos del agonizante día, su corazón se debatía en la impaciencia, habían pasado días desde que la ausencia de Raven se hacia evidente, mientras que el resto de sus ser solo pedía alimento, el ansia de sangre, la sed la corroía, se volvía un infierno en su garganta, clamando por ser extinguido…

El ultimo rayo de sol dio paso al mortecino amarillo del alumbrado de la calles, era hora.

Un paso gallardo sobre el piso hacia eco en sus oídos…

-         Mmm... alto, moreno… definitivamente mi tipo de desayuno… -

Desabotono los últimos dos botones de su top de cuero, pero el toque de sus dedos se topo con la cicatriz…

-         Maldito seas Lucas… -

Abotono de nuevo su top, hizo crecer sus garras de la mano izquierda y saltando desde el techo. se abalanzo sobre su desprevenida victima.

El café Der Weg es uno de los tantos de la ciudad humana, lo único que tiene de especial es que abre cuando el sol se oculta y cierra cuando amanece, por lo que es el sitio favorito de reunión de la criaturas de hábitos nocturnos.
Esta noche en particular cerca de la barra una mujer de largos cabellos violáceos degusta una taza de chocolate caliente, su mirada parece ausente, aun cuando se mente esta concentrada en cuidar su espalda y cualquier cosa inusual.

La vampira se mueve en total silencio, haciendo lo posible para que su inhumana presencia no sea detectada por la mujer en la barra, acercándose metro a metro espera solo hasta que esta tan cerca como para sentir el calor de  aquella persona…

-         Llegas tarde… -

La vampira abraza a la cazadora por detrás mientras le dice algo al oído y sus ojos se llenan de lágrimas de sangre.

-         Gaylen ha muerto… -

La expresión de incredulidad de la cazadora cambia a una enorme tristeza, conforme la vampira la pone al tanto de los eventos de los últimos días, mientras la clientela ajena a la plática de ambas mujeres, llega, consume y se retira conforme avanzan las horas de la noche.

-         Lucas Arzac… no he escuchado nada acerca de el, pero supongo que debe de ser de cuidado. – Dijo ajustándose los anteojos, Raven.

Eztli no menciono las últimas palabras que oyó de Lucas…
“- Tu vástago ha muerto y yo sé que tienes una novia...me pregunto si podrás protegerla"-
No quería inquietar a la cazadora con esos funestos pensamientos, pero la verdad es que esto la inquietaba sobremanera, el solo imaginar que Lucas pudiera hacerle daño a Raven la aterraba, aun y cuando sabia que la cazadora era de cuidado.

Salieron del lugar mientras los pasos de las dos hacían eco en la callada noche,  una rápida vista al reloj indicaba las 3 AM,  eso explicaba el silencio y la casi total ausencia de gente en las calles, la vampira sujeto con algo de fuerza la mano de la cazadora mientras la hacia retroceder a la pared. Eztli apretó a Raven contra su voluptuoso aunque frío cuerpo, sintiendo el calor de la cazadora aun a través de la ropa. Besó sus cabellos suavemente. Raven elevó la cara, quedando sus labios tan cerca de los de Eztli, que antes de pensar en lo que hacía la estaba besando.
Un sueva roce de labios, una caricia fugaz en el rostro, la respiración profunda y algo de sentimiento de culpa de parte de Eztli, ya que había aprovechado su fuerza superior a favor de robarle un beso a Raven.

-         Perdóname…  -  Murmuro con culpa la vampira que de ser posible se habría sonrojado.

-         ¿Perdón por el beso, o por el tiempo que tenías sin besarme? – Replico la cazadora mientras tocaba sus labios con los dedos, haciendo un gesto divertido.

-         Tal vez un poco de ambos, después de todo hace mucho tiempo que no estamos… “juntas”…-

Una mirada fugaz a la calle, una aspiración para saber los olores, la vampira había investigado con rapidez casi simple la posible una persona u alguna otra cosa en la cercanía,  inspeccionando con todos sus sentidos buscaba algo que le pudiera hacer mas llevadera la noche y que le hiciera olvidar tanto estrés de los últimos días.

Una ventana abierta y una rápida inspección reafirmaban lo que sus instintos le decían, la casa estaba vacía.
Con un movimiento de improviso tomo a la cazadora en brazos y con un salto llegaron a la ventana abierta,  que después de un movimiento fluido en el interruptor hacia que la cazadora se encontrara encandilada por la sorpresiva fuente de luz.

-         ¿ Uh, que es lo que planeas Ez…? –

-         Solo quiero estar a solas contigo… - la urgencia de algo parecido a la ansia de sangre se leyó en los labios de la vampira, mientras se unía a los labios de la cazadora, jugando con los labios dentro de los de ella y sintiendo como el beso era correspondido.

-         Se nota la ausencia… pero esa es la belleza de los reencuentros…  - Murmuro en voz baja la cazadora, sabiendo que la vampira la podría escuchar.

-         Apagare la luz…

Otro beso, mas largo y mas profundo que el primero hizo que el calor procedente del cuerpo de Raven inundara la frialdad de cadáver de Eztli, esto era algo que en definitiva la vampira amaba de su compañera, el calor, la tibieza de aquel cuerpo vivo y vibrante al cual ya conocía y que también reconocía el suyo propio.
Las caricias, los besos y el jugueteo las llevo a hundirse en aquel lecho vacío, que aunque frío por el momento, se convertiría después en una pira que exigiría de ellas calor y pasión.
Los botones del top de cuero de Eztli cedieron ante la agilidad de los dedos de Raven, haciendo que sus pechos se liberaran de la presión de aquella piel artificiosamente pintada y tratada, pero ahí en medio de sus senos, se asomaba la cicatriz que la había dejado aquella daga de Jade.

La vampira se apresuro a cubrir la cicatriz con la sabana de aquella cama…

El Suave tacto de Raven, toco la mano de la vampira, haciendo que con callada autoridad Eztli bajara su mano y dejara al descubierto la marca, los dedos de Raven tocaron el relieve de la cicatriz, no hacia falta un gesto mas elocuente que ese, salvo el que vino después, los labios de la cazadora besaban con ternura la marca que había dejado aquella daga, como si con cada beso buscara borrar aquella cicatriz.
La vampira sujeto hacia su pecho aquel rostro que la besaba, mientras hacia su cabeza hacia atrás, cayendo de espalda en aquella cama desconocida, sintiéndose querida, incluso apreciada.
No hacían falta ojos para ver algo que era mejor sentir, las manos de ambas buscaban botones, cierres, obstáculos que debían de ser descartados, la imperiosa necesidad de el contacto piel a piel era vehemente,  haciendo que las respiraciones de ambas se agitaran y un dejo a humedad llenaran los sentidos de ambas.
Las lenguas de las amantes buscaban los placeres de Venus en el pubis de la otra,  ayudándose de los dedos, que exploraban las profundidades mutuas y hacían que aquella sensación conocida llenara sus vientres, haciéndolas gemir y ahogar sus respiraciones para no evidenciar el placer del cual ahora eran presas.
Oleadas de sensaciones corrían desde sus sexos hasta el más recóndito punto imaginable, podrían pasarse la eternidad en aquella comodidad, haciendo lo que ahora era una experiencia equitativa, sensual y única, aquello que había hecho que la vampira se reencontrara con su humanidad perdida…

El sonido de una llave en la cerradura, pasos en el piso de abajo, una vertiginosa huida, solo visible por un borrón difuso que salía por la ventana…

Una mirada de complicidad fue compartida con una sonrisa por ambas mujeres, que ahora estaban de nuevo en la calle, un poco mal vestidas, un poco desaliñadas,  viendo como se iluminaba la luz en aquella habitación y como de ella salía una andanada de improperios.

-         Creo que al “oso” no le gusto que “Ricitos”  usara su cama… - Sonrío Raven, mientras le sonreía a la vampira.

-         Definitivamente, pero a “Ricitos” le gustaría que probáramos las camas de otros osos, ¿no te parece?... –

Las dos mujeres rieron,  mientras que juntaban sus manos y retomaban el camino, antes de que saliera el sol.